Existen trenes a Brujas desde las principales ciudades belgas: Bruselas, Gante o Amberes. La estación brujense está situada a 10 minutos a pie de la céntrica plaza Grote Mark y comunica con el centro de la ciudad mediante líneas 1, 3, 4, 6, 11 y 13 de autobús urbano. La estación de Brujas permanece abierta desde las 5.45 hasta las 22.00 de lunes a viernes y desde las 6.00 hasta las 22:00 los fines de semana y festivos.
Actualmente no existen autobuses directos entre Brujas y las principales ciudades belgas. No obstante, es posible llegar a Brujas haciendo numerosos transbordos en autobús urbano e interurbano, por lo que el viaje se convierte en un peregrinaje largo e incómodo. Por todo ello el autobús es una opción muy poco recomendable para ir a Brujas.
Brujas no cuenta con aeropuerto propio por lo que llegar en avión solo es posible si se vuela a alguno de los aeropuertos cercanos. El principal aeropuerto cerca de Brujas es el de Bruselas y está situado a una distancia aproximada de 100 kilómetros. Una vez en el aeropuerto de Bruselas es posible tomar un tren directo que lleva hasta la ciudad de Brujas en aproximadamente 1 hora.
La mejor forma de recorrer las calles de Brujas es caminando o en bicicleta de alquiler. Otra forma de moverse por la ciudad es en autobús urbano, en barco o en coche de caballos. Brujas es una ciudad pequeña y puede ser recorrida en sólo unas horas, por lo que no es recomendable alquilar un coche para hacer desplazamientos. La mejor zona para alojarse en esta mágica ciudad medieval es su casco antiguo, donde se ubican los mejores hoteles, tiendas y restaurantes.
La ciudad más visitada de Bélgica cautiva por la belleza medieval de sus calles empedradas, coquetas plazas e imponentes fachadas góticas que destacan por un perfecto estado de conservación. También despiertan un gran interés entre los viajeros sus galerías de arte, museos, restaurantes gourmet y numerosas tiendas de moda aptas para todos los gustos y bolsillos. Brujas es considerada una de las ciudades más bellas de Europa y se conoce como 'Venecia del Norte' por la gran cantidad de canales que atraviesan su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad. En todo el núcleo urbano, donde nadie parece tener prisa, se respira un ambiente cálido y relajado, con un embriagante aroma de la típica cerveza blanca belga considerada uno de los mayores tesoros del país.