Los autobuses a Berlín suelen llegar a La Zentraler Omnibusbahnhof. Es la principal estación de autobuses que funciona en la ciudad aunque no es la única. Se sitúa en Messedamm, al oeste de la ciudad y cuenta con 35 andenes siendo una de las estaciones de autobuses más grandes de Alemania. En la estación ZOB Berlín operan varios proveedores, siendo el principal Berlin Linien Bus, que ofrece autobuses a Berlín desde todas las grandes ciudades Alemanas y europeas.
Los vuelos a Berlín llegan a dos aeropuertos diferentes, el primero de ellos es el aeropuerto de Tegel que está situado muy cerca de la ciudad y al que se accede fácilmente con el transporte público, concretamente con la línea 6 del metro y el autobús TXL. En el aeropuerto operan todas las compañías regulares además de ser la principal base de operaciones de la compañía Air Berlin. El segundo aeropuerto de Berlín es el de Schönefeld, está situado a 20 kilómetros al sur de la ciudad pero se llega igualmente en poco tiempo gracias al tren S9. Berlín-Schönefeld es el aeropuerto destinado a las aerolíneas low-cost como Ryanair o Easyjet.
Existen zonas de la ciudad que pueden ser recorridas a pie sin ningún problema. Por ejemplo, las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo y el Reichstag invitan a pasear tranquilamente mientras se disfruta del ambiente animado y cosmopolita de las calles de esta urbe. No obstante, Berlín es una ciudad muy grande en la que deben aprovecharse las virtudes de su red de transportes urbanos para conocer en profundidad todos sus barrios y rincones interesantes. Otra de las formas de recorrer Berlín es en Bicicleta, la ciudad cuenta con carriles bici casi por toda la ciudad, lo que la convierte en una de las ciudades más convenientes para pedalear de toda Europa.
Berlín es la capital y principal ciudad de Alemania además de la ciudad más grande del país y la segunda de la Unión Europea. La historia moderna de la ciudad está marcada por la división entre Este y Oeste después de la Segunda Guerra Mundial por el conocido Muro de Berlín, y la reunificación tanto de la ciudad como del país en 1990.
Berlín es uno de los destinos más populares de Europa. La Puerta de Brandenburgo y la Torre de la Televisión (Fernsehturm) son los iconos de la ciudad y son visitados por millones de turistas cada año. Para Alemania, Berlín es el centro político ya que es donde se encuentra el parlamento y numerosos ministerios. Además, un gran número de empresas nacionales e internacionales tienen en Berlín sus sedes. La ciudad también es un importante referente en el mundo de la cultura, la música y el ocio nocturno que atrae a miles de visitantes cada fin de semana.
Si estás pensando volver a viajar a Berlín por segunda vez, prepárate porque te esperan un montón de rincones por descubrir y de los que disfrutar. Olvídate de repetir otra foto más delante de la puerta de Brandenburgo, con la torre de televisión detrás en Alexanderplatz o comiéndote una currywurst en el Curry 36 de Mehringdamm. Berlín es una ciudad realmente increíble más allá de sus principales atractivos turísticos a los que realmente quiénes vivimos aquí no solemos frecuentar demasiado excepto en contadas ocasiones como las visitas de familiares y amigos. La verdadera vida gira en torno a los barrios de Berlín, llenos de cafeterías, pequeña y gente de todos los estilos.
Para que puedas disfrutar como un “berliner” más de la ciudad durante tus vacaciones en Berlín, os dejo mi lista con mis barrios favoritos y con unas cuantas sugerencia por dónde moverte por el barrio y así sentirte como un local más durante unos días.
Consejo del experto: Si hace buen tiempo, no dudéis en haceros con una bici para disfrutar de todo lo que hay que ver Berlín más rápidamente sobre ruedas. Es la mejor y más cómoda manera de visitar la ciudad ya que hay una gran cantidad de carriles bici por la que moverse con total seguridad.
Uno de los barrios más populares entre quienes van en busca de la vida alternativa de Berlin es Friedrichshain: un barrio joven, dinámico y contrastado, lleno de opciones tanto diurnas como nocturnas. Tanto antes como después de la II Guerra Mundial, Friedrichshain es un barrio de espíritu obrero, pero que poco ya de esto queda desde hace más de una década debido a la gentrificación, pues gran parte de los recién llegados a la ciudad quieren vivir donde sucede gran parte de la vida ociosa berlinesa. Después de la guerra, Friedrichshain fue duramente castigado y pasó a formar parte del bando soviético tras la repartición de las diferentes zonas de la ciudad. A lo largo de la Karl-Marx-Allee y Frankfurter Allee (la antigua Stalinallee) se construyeron una hilera de prestigiosos edificios que recordaban a la época de esplendor en Moscú, aún conservados.
Por dónde empezar: Comenzad visitando Friedrichshain desde Strausberger Platz situada en la inmensa Karl-Marx-Allee. Caminad (o pedalead) hasta llegar a Frankfurter Tor, lugar que hace de punto intermedio entre la Karl-Marx-Allee y Frankfurter Allee y diferenciable por sus dos torres gemelas, todo un símbolo de la arquitectura estalinista. Desde aquí os recomiendo que callejeis, tomando como inicio Boxhagener Str., la cual culmina en la plaza homónima donde cada domingo se realiza un mercadillo donde es posible encontrar algún que otro objeto curioso. Junto a la estación de Warschauer Str. está la Revaler Str., lugar de acceso para un complejo de bares y lugares varios, desde clubes hasta área para escalar, patinar y los domingos suele haber mercadillo también. Incluso en verano hay una piscina dentro del complejo donde refrescarse, Haubentaucher.
Para el brunch: Entre los muchísimos bares y cafeterías donde poder hacer brunch en Friedrichshain os recomiendo Ohlala situado en Mainzer Str. 18. Si eres vegetariano o intolerante al gluten este es tu lugar, pues todo lo que tienen en el buffet es 100% seguro para consumir. No olvidéis acompañar vuestro desayuno con un cremoso latte macchiato con leche de soja…¡delicioso!
La hora del café: Hay muchos sitios donde poder tomar un café tranquilo después (o antes de comer), pero entre todos ellos destaca para mí especialmente Silo, situado en Gabriel-Max-Str. Decorado minimalista compuesto por mesas de madera y ladrillo, ofrecen una amplia selección de cafés, muchos tostados en Berlín. Además de para la hora del café, Silos ofrece desayunos todos los días hasta las 15:00 así como sandwiches y “pequeños bocados” durante toda su horario de apertura.
Por la noche: En Friedrichshain se encuentra el club de música electrónica mejor valorado del mundo: Berghain. Aunque la política de entrada es famosa por lo impredecible y difícil, una vez que se consigue estar dentro tenéis más que fiesta de calidad asegurada. Quienes prefiráis un plan más de salir por los pequeños bares, a lo largo de la Simon-Dach-Str. podréis encontrar la atmósfera perfecta en locales como el KPTN o Primitiv, aunque os recomiendo también en Warschauer Strasse el Fischer’s Vogel: buen ambiente, vino y cervezas. Por último, a quienes os guste el “cante”, uno de los karaokes míticos de Berlín está en la misma Warschauer Str. llamado Monsters Ronson, con cabinas para grupos donde dar el Do de pecho.
Comer o cenar en: En Friedrichshain tenéis la oportunidad de probar un tipico plato alemán, el Schnitzel (carne de ternera empanado) en Scheers Schnitzel (Warschauer Str. haciendo esquina con Stralauer Allee). Buen servicio, comida de calidad y rápida y situado en la frontera entre Friedrichshain in Kreuzberg.
Una canción: Oliver Koletzki – Warschauer Strasse
Kreuzberg es otro de los barrios más populares de Berlín donde todos quieren encontrar un piso para vivir. ¿Y por qué? Porque Kreuzberg es el barrio de Berlín donde desde hace años sucede toda la “movida” berlinesa, el Berlín más gamberro y ecléctico, donde hipsters, bohemios, punks (una gran parte “sobreviviendo” aun de los ‘80) hacen su vida social sin importar el día de la semana que señale el calendario. A cualquier hora podréis encontrar gente por el barrio, bares abiertos adecuados para casi cualquier tipo de público e incontables negocios de comida rápida y no tan rápida.
Kreuzberg es un barrio multicultural, con una fuerte presencia de población turca, apreciable esto en gran parte por la cantidad y variados establecimientos tradicionales. Al terminar la II Guerra Mundial, Kreuzberg estuvo ocupada por los Estados Unidos y al levantarse el muro formó a pasar parte del bando aliado. Durante los años 60 y 70 sus calles presenciaron revueltas estudiantiles, ocupaciones de casas y altercados con la policía. Al caer el muro el barrio se ha ido normalizando paulatinamente hasta convertirse en lo que es: un barrio de lo más variado, joven y lleno de promesas procedentes de todo el mundo.
Si queréis conocer más sobre los barrios de Berlín y, en concreto, Friedrichshain-Kreuzberg (ambos barrios están unidos de manera administrativa), en Adalbert Str. 95A hay un pequeño museo gratuito para poneros más al día.
Por dónde empezar: Cómo punto de partida para empezar a recorrer el barrio os recomiendo la East Side Gallery: los 1316 metros de muro en pie convertidos en una auténtica galería urbana y último recuerdo . Después podréis cruzar el Oberbaumbrücke, puente que sirve de unión entre los barrios de Friedrichshain y Kreuzberg, y continuar hacia la Skalitzer Str. hasta llegar a Kottbusser Tor, otro de los puntos más variopintos y claves del barrio. Si lo visitáis en verano, imprescindible es ir alrededor del canal con vuestra cerveza comprada del Späti más cercano en Maybachufer, encontrándose en el limite con el barrio de Neukölln. Sobre todo a partir de las 18:00 (cuando la gente ha dejado ya de trabajar), se junta allí para desconectar de la rutina bien solos o acompañados para disfrutar del atardecer frente al río Spree. Además, en este canal se celebra el famoso Türkischer Markt (mercadillo turco) cada martes y viernes hasta media tarde. Otra de las calles fundamentales de Kreuzberg es la Bergmann Str., repleta de cafeterías y restaurantes chulos donde hacer un break. Si os rugen las tripas no dudéis en probar el considerado mejor kebab de la ciudad en Mustafas Gemüse Kebab, junto a la estación de Mehringdamm. Las cola suele ser larga, pero merece la pena esperar. ¡Os lo prometo!
Para el brunch: Un lugar ideal para hacer brunch un domingo por la mañana en Kreuzberg es Le Bon. Un equipo sonriente y positivo junto con unas deliciosas tortitas y buen café para desayunar hacen empezar el día con energía a cualquiera, incluso si está haciendo el peor del temporal tras sus puertas.
La hora del café: Uno de los sitios que me gusta tanto para tomarme el cafetito dominguero como un vino por la noche es Mano, en Skalitzer Strasse 46A. Luz tenue, buena música y una pequeña terraza para tomar la fresca.
Por la noche: La noche por Kreuzberg puede dar para mucho (aunque a decir verdad, como medio Berlin). Para quienes le guste la cultura club, aquí se encuentra una de las discotecas de música electrónica más famosas del mundo: Watergate. Pero también hay otros pequeños clubs que sobre todo en verano se llenan de gente con ganas de bailar hasta más allá del amanecer como el Club der Visionaere (situado en un muelle junto a un pequeño canal), Hoppetosse o el Arena Berlín, este último famoso por ser una piscina dentro del mismo río Spree.
Comer o cenar en: Un lugar mítico donde comer o cenar en Kreuzberger es Burgermeister, situado junto a la estación de Schlesisches Tor. Además de por sus ricas y sabrosas hamburguesas, el local es famoso porque hace muchos años fue el baño público del metro. Desde hace muy poco, Burgermeister cuenta con una segunda localización junto a la estación de Kottbusser Tor conservando ese espíritu de formar parte del metro en su decoración: sobrio, gris y austero pero cool.
Una canción: Bloc Party – Kreuzberg
Neukölln es probablemente el barrio más moderno de Berlín. Hasta 1920 fue una ciudad independiente y, tras la guerra, pasó a estar gestionada por los americanos. Principalmente poblado por familias procedentes de Oriente Medio, supone uno de los barrios con más presencia extranjera de la ciudad. Aunque históricamente ha sido un área humilde, como suele pasar en estos casos el fenómeno de la gentrificación está provocando, entre otras cosas, las subidas del alquiler de las viviendas cuando por tradición ha sido una zona económica donde vivir. Como parte positiva, la llegada masiva de jóvenes de medio mundo, sobre todo artistas y estudiantes han dado lugar a una extensa agenda de eventos de ocio durante toda la semana.
Por dónde empezar: Aunque Neukölln es más bien para hacer vida en ella más que para visitarla, un punto de partida podría ser Hermannplatz. La plaza es el reflejo del carácter desenfadado, humilde y ecléctico del propio barrio. Desde aquí callejea hacia la Pannier Strasse, descubre pequeñas galerías, tiendas, bares… dejaros envolver por el barrio sin prisas. Si visitas Neukölln en domingo, no dudes chequear si coincide con el Neukölln Flowmarkt, un mercadillo que se lleva a cabo cada dos domingos en Maybachufer.
Para el brunch: Un acertado lugar para el brunch en Neukölln sería el Melbourne Canteen. una cafetería clásica ya del barrio en Pannier str. 57. Sirven brunch todos los días de la semana y desde luego no le falta nunca buen ambiente entre los comensales. Prepárate para seducir a tu paladar con un buen desayuno con toques de Australia en pleno Neukölln.
La hora del café: Para tomar café o no, un sitio para disfrutar de unas buenas vistas de Berlín es desde la terraza de Klunkerkranich, al que merece la pena ir en primavera/verano, cuando el sol más brilla. Hamacas. tumbonas, arenero… una decoración “muy Neukölln” en la terraza del centro comercial del barrio, Neukölln Arcaden, aunque suene extraña esta combinación de “guay” y centro comercial. Ahora bien, os aviso: las colas para poder entrar suelen ser largas pero merece la pena esperar.
Por la noche: Neukölln es muy grande y, como gran parte de Berlín, hay fiesta para todo tipo de público. La Weser Str. es una de las calles que tenéis que tener en mente si quereis ir de bar en bar tomando copas. A lo largo de la calle podréis encontrar un montón de atractivos bares como el Fuchs & Elster, el Silver Future o testar buenos vinos italianos en el acogedor Vin Aqua Vin. Para los que prefiráis algo más de movimiento, Schwuz es un club gay con la diversión asegurada. Una de sus fiestas más famosas es Madonnamania en honor a Madonna, en la que suena durante toda la noche canciones de la reina del pop.
Comer o cenar: De hamburguesas sigue la cosa. En una de las calles que unen Hermannplatz con Kreuzberg, Kottbusser Damm, está un restaurante famoso en Berlín por la calidad de sus hamburguesas: The Bird. En verdad, este es el segundo restaurante, pues el original se encuentra en el barrio de Prenzlauer Berg. Con un toque neoyorquino, el sabor de sus burguers así como las patatas fritas cortadas a mano lo han hecho famoso en toda la ciudad.
Una canción: David Bowie – Neuköln
Prenzlauer Berg es un barrio que ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de su historia, pero siempre ha permanecido arraigado al carácter bohemio que lo identifica. Hoy en día se trata de un barrio donde viven numerosas familias jóvenes, papis y mamis tatuados hasta el cuello llevando a sus niños al parque o al kindergarten, cada vez más nuevas oficinas de start-ups y ni que decir tiene que hay montones de bares, cafeterías y restaurantes curiosos donde hacer el afterwork. Los edificios de Prenzlauer Berg dan color y estilo al barrio, muchos de ellos datados de principio del siglo XIX y reformados tras la caída del muro.
Dónde empezar: Como punto de partida para empezar a perderse por Prenzlauer Berg escoged la parada de Rosenthaler Platz (de hecho esta parada pertenece al barrio de Mitte). Subid por la empinada calle de Weinberg Str., la cual enlaza más adelante con la Kastanienallee, donde podréis encontrar numerosos pequeños negocios de ropa de pequeños diseñadores y tiendecitas con pequeños objetos para hacer un original regalo. Una vez llegando a la parada de Eberswalder Strasse podréis continuar vuestro recorrido por Pappelallee hasta llegar en el llamado LSD Vierte (debido al cruce entre las calles Lychener str., Schliemann str. y Duncker str.), en donde se encuentran numerosos bares y restaurantes para disfrutar tanto de día como de noche.
Para el brunch: Si hay un lugar en Prenzlauer Berg que destaca por sus ricas tartas es el Anna Blume (Kollwitz str. 83). Más allá de los tradicionales brunch basados en huevos, queso y demás, Anna Blume también ofrece ensaladas, platos picantes para los más valientes y deliciosos crepes que os hará la boca agua.
La hora del café: El lugar definitivo para tomar un buen café en Berlín, con buen ambiente, solo o acompañado es The Barn, situado en Schönhauser Allee 8 (aunque también hay otra localización no demasiado lejos en August Str. 58). Ellos mismos tuestan las semillas de café con mucho mimo y entusiasmo obteniendo un sabrosísimo café que además distribuyen a otras cafeterías de Berlín.
Por la noche: Para tomar unos vinos cuando cae la noche os aconsejo que visiteis An Einem Sonntag im August. Decorado de manera informal, con cojines, sofás lo convierten en un lugar especial y acogedor. Si sois más diurnos, también es una opción para tomar el café matutino (y disfrutar de la terraza si es que hace sol). Los fines de semana, además, se puede disfrutar de la música del dj de turno mientras pasáis el rato en el local.
Comer o cenar en: Para comer lo mejor de la cocina indochina sin moverse de Berlín os recomiendo Umami, situado en la Knaack Strasse 16. Ingredientes selectos, frescos y bio fundamentales para crear una asombrosa mezcla entre la cocina tradicional y moderna obteniendo así los mejores sabores asiáticos.
Una canción: Beirut – Prenzlauerberg