La Estación de Weverley es la principal puerta de entrada para los trenes a Edimburgo. La estación recibe viajeros procedentes de toda Escocia y de otras ciudades como Londres, por lo que es una buena opción para llegar a Edimburgo. La estación está equipada con instalaciones como cafeterías o salas de espera.
La Estación de autobuses de Edimburgo se encuentra situada en St Andrew Square y cuenta con distintos transportes públicos que llegan hasta ella. Es el principal punto de salida y de llegada de los autobuses a Edimburgo, destacando las rutas que unen Edimburgo con el resto de ciudades importantes como Glasgow o York. La compañía más importante que opera en la estación es National Express.
El Aeropuerto de Edimburgo se sitúa a 13 kilómetros del centro de la ciudad. Pese a la distancia, existen numerosas alternativas para llegar hasta el centro de la capital de Escocia siendo una de las más atractivas el servicio de tranvías directos. Existen vuelos a Edimburgo desde todos los aeropuertos de Europa, ya sean directos de vuelos de conexión. Algunas de las aerolíneas principales que operan en el aeropuerto son Ryanair, Easyjet o Aer Lingus.
Edimburgo es una ciudad bastante grande, aunque los principales lugares de interés turístico se concentran en zonas concretas de fácil acceso. Así, los visitantes pueden caminar tranquilamente para conocer con detalle tanto la Old Town como la New Town. La ciudad no cuenta con servicio de metro, aunque sí que existen diversas opciones para cubrir trayectos más largos. El autobús urbano es una opción bastante interesante mientras que los modernos y eficientes tranvías permiten esquivar los atascos de tráfico y ofrecen un servicio cómodo y muy útil.
Los que tengan la suerte de viajar a Edimburgo tendrán el gusto de poder visitar una de las ciudades que mejor han conservado su patrimonio histórico, ya que la capital de Escocia presenta numerosos barrios en los que todavía puede adivinarse el estilo de vida de épocas muy remotas. Edimburgo está dividida en dos áreas que han mantenido el encanto y la historia de la ciudad. El casco viejo es la parte de la ciudad que tiene un plano de las calles muy medieval. La parte nueva de la ciudad está ocupada por las construcciones de entre 1765 y 1850, conservando muchos de los edificios un estilo neoclásico y de arquitectura georgiana. El West End es la zona financiera de la ciudad y supone gran parte de la economía de la ciudad. Quizás la parte medieval tiene un carácter más histórico y puede ser de mayor interés para los visitantes, no obstante, la zona conocida como New Town tampoco se queda atrás, ya que en ella se encuentran algunos lugares de interés que florecieron en esta ciudad durante el siglo XVIII. Por todo ello, visitar Edimburgo puede suponer un viaje al pasado sin perder la conexión con la vida presente.